El Calpe más moderno se ha desarrollado junto al mar, a lo largo de sus vastas playas. Y también junto al mar se encuentran los baños de la Reina, de origen romano, probablemente una antigua fábrica de salazones de pescado. Hoy permanecen los vestigios, eso sí escasos debido a la erosión, de aquella milenaria cultura bañados por las aguas del Mediterráneo, en un enclave costero realmente privilegiado.
Los viveros romanos de los baños de la Reina de Calpe formaban parte de una piscifactoría artificial excavada en la roca marítima en el siglo II de nuestra era y que se abandonó ya en época visigoda (siglo V). La estructura que permitía abastecer de pescado fresco a la población de Calpe y alrededores ocupaba una superficie de 165 metros cuadrados dividida en seis balsas comunicadas entre sí a través de compuertas de bronce.
Propiedad de un noble romano
Los trabajos arqueológicos realizados en los baños de la reina de Calpe han permitido dictaminar que se encontraban integrados en un mansión señorial de alto rango, una suntuosa villa propiedad de un personaje relevante y dotado de un elevado poder adquisitivo. No en vano, este palacete constaba de patio, pasillo y hasta ocho habitaciones, ricamente decoradas de mosaicos. La peña sita en la playa del Boll y conocida como La Montanyeta fija el límite del yacimiento arqueológico en su zona más occidental (avenida de los Ejércitos Españoles), mientras que llega hasta las salinas para establecer su frontera más al norte. Hoy se encuentra completamente urbanizado y dentro de la trama urbana de Calpe.
La salsa preferida de los romanos
El mar era la base de su principal sustento alimenticio. Y los viveros se convirtieron en una de las infraestructuras que los romanos más empleaban en su cotidianidad. Permitían la cría de atunes y otros pescados de los que, aparte de comer su carne, obtenían el garum, la salsa que adoraban y usaban para condimentar los alimentos. Lo obtenían de la fermentación de las vísceras de los pescados en una solución salina y tras estar expuestas al sol. Los baños de la Reina, junto a su función como criadero de peces, también pudo hacer las labores de jardín acuático destinado a la observación de la belleza marina. Así se desprende de los últimos trabajos de excavación efectuados en la zona. Unas excavaciones iniciadas por el botánico valenciano Antonio José Cavanilles y Palop en 1792.
Son Bien de Interés Cultural
Como muestra del notable patrimonio con el que cuenta la Comunidad Valenciana, los baños de la Reina de Calpe están catalogadas como Bien de Interés Cultural. En un futuro se espera que el yacimiento dé mucho más de sí, pues apenas se ha excavado un 25% del total. En la actualidad se integran en un puerto que estaba antiguamente separado de la población por un área de marismas, actualmente secas. Se trata de unas viejas salinas hoy ocupadas por las turísticas playas de la Fossa, Arenal-Bol y de la Calalga. Aquí todavía pueden verse numerosas aves migratorias, como garzas y flamencos.